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Una empresa incluyente se ocupa del talento con experiencia
Por Yvette Mucharraz y Cano* y Karla Cuilty Esquivel **
Es una realidad que el mundo está envejeciendo. Datos de la Organización Mundial de la Salud indican que, para 2050, los adultos mayores (personas de 60 años o más) se duplicarán. Este proceso va acompañado por una reducción de la tasa de fecundidad, lo que provocará que, en ese mismo año, una de cada seis personas a nivel mundial tendrá más de 65 años. Un factor para analizar en la sociedad mexicana es la edad a la que se considera que alguien es adulto mayor. En otras economías se define a partir de los 65 años, sin embargo, en México se considera a los 60.
Las organizaciones deberían adaptarse a nuevas demandas basadas en un grupo creciente de adultos mayores, quienes, dependiendo de su condición social, podrían contar con mayor disponibilidad de recursos para adquirir productos, a lo que se conoce como “economía plateada”. Asimismo, estos adultos mayores disponen en muchos casos de más tiempo libre para consumirlo en una amplia gama de servicios, como los relacionados con la salud o en el sector turístico.
La experiencia de mujeres y hombres de estas edades ayudaría en la identificación de sus necesidades, los mecanismos de comunicación adecuados, así como productos y servicios pertinentes que este nuevo nicho de mercado demanda. De acuerdo con Lifschultz (2024), solo 15% de los adultos mayores se sienten representados en anuncios o comunicaciones online. Podría suponerse que este grupo poblacional no tiene interés o se comunica con menor frecuencia a través de las redes sociales; no obstante, un estudio del Pew Review Center (2024) indica que 45% de los adultos mayores de 65 años en Estados Unidos usan las redes sociales de forma frecuente. Además, la brecha digital entre las personas menores de 30 años y los mayores de 65 se ha ido cerrado, en el 2021 era de 71 puntos y en la actualidad es de 39.
Otro factor de interés para las organizaciones respecto a los adultos mayores es que gastan con mayor facilidad que otros grupos poblacionales, son leales a las marcas e influyen en las decisiones de compra de otras generaciones. Por todas estas razones, es fundamental mantener a las personas talentosas de estas edades dentro de las organizaciones para aprovechar el mercado que representan y en los que influyen.
Ante esta realidad, las empresas deberían estar preparadas para atraer y mantener el talento con experiencia, es decir a los adultos mayores. En cuanto a las mujeres, dado que su esperanza de vida a nivel mundial es, en promedio, cuatro años mayor que la de los varones (74.2 mujeres contra 69.8 varones), es recomendable que las organizaciones retengan su talento por un periodo de tiempo más prolongado y atiendan sus necesidades.
La Comisión Económica para America Latina (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (2018) mencionan que las mujeres latinoamericanas suelen mantenerse trabajando por mayor tiempo, debido a su baja remuneración y poco acceso a pensiones. Mediante horarios adecuados y esquemas de trabajo congruentes con sus necesidades, es posible retener al talento femenino a lo largo de su vida profesional. Otra opción sería promover la reinserción laboral de las mujeres en distintas etapas y sobre todo a las mujeres de 50 años en adelante.
Por otra parte, los adultos mayores experimentan cambios importantes en sus habilidades físicas, sensoriales y cognitivas, especialmente a partir de los 75 años. Por ello, generar espacios incluyentes, tanto en el ámbito físico como en las plataformas digitales, es un elemento esencial para conectar con ellos.
Cortés-Topete y Tavares-Martínez(2022) recomiendan tener una estrategia intergeneracional donde las diferentes generaciones intercambien ideas y colaboren entre sí. En los entornos labores, este tipo de estrategias son esenciales para poder integrar de forma exitosa a la gama de empleados, clientes, proveedores, accionistas, entre otros y enriquecer la visión empresarial.
Mantener el talento con experiencia en las organizaciones requiere reconocer sus conocimientos y sus experiencias como un insumo valioso, su retroalimentación con personas más jóvenes puede disminuir las curvas de aprendizaje y obtener un beneficio mutuo.
Contacto:
* Profesora en el área de Dirección de Personal y Directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección de IPADE Business School
** Investigadora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección de IPADE Business School
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